jueves, 25 de agosto de 2011





SU LITERATURA QUECHUA


Equechua o quichua era la lengua principal de la mayoría de los habitantes del Tahuantinsuyo (Imperio Inca) y aún hoy es hablada por miles de personas en América Latina. En realidad, muchas veces se hace referencia a una familia de lenguas quechuas, ya que las distintas variantes de este idioma suelen no ser mutuamente inteligibles.
José María ArguedasEn definitiva, se conoce como literatura quechua a las manifestaciones literarias que se desarrollaron en dicha lengua desde el Imperio Inca hasta la actualidad. En la época prehispánica, la literatura quechua ya había alcanzado un amplio desarrollo, con una diversidad de formas líricas, épicas, narrativas y dramáticas. Por supuesto, sus orígenes fueronorales, en especial en forma de cantos.
Muchas de esas narraciones orales fueron recopiladas y escritas por los cronistas, predicadores y funcionarios coloniales. De todas formas, con la llegada de los españoles, el quechua pasó a ser unalengua escrita.
Analizando los tiempos precolombinos, los especialistas reconocen dos tipos de literatura quechua: la literatura popular, que expresaba el sentimiento del pueblo y que era transmitida por el haravicu junto a un acompañamiento musical y danzas; y la literatura cortesana, a cargo de los amautas que transmitían la cultura oficial del Tahuantinsuyo a los gobernantes.
En cuanto a la literatura quechua contemporánea, cabe destacar que ha perdido gran parte de su carácter colectivo y anónimo. Esta característica la diferencia de la literatura quechua antigua, que presentaba numerosos himnos y plegarias.
Entre los principales autores y divulgadores de la literatura quechua, se destacan los peruanos José María Arguedas (1911-1969) y Kilku Warak”a, seudónimo de Andrés Alencastre (1909-1984).
A continuación, un ejemplo de la literatura quechua. Esta es la poesía“Qonqawankimanchu”, escrita por Kilku Warak”a:
Chay sunquykin, mat”i sunquykin
chay waqayniypa k”ayasqan rumin
q”uñi qisayman tukurqan
chiripaqpas wayrapaqpas
Qhichipraykiq llanthullanpin
kawsayniyta samachirqani,
puka ñukch”u simiykimantan
kawsay yawarta ch”unqarqani
Qunqawaqchu yanaykita
ñawiykiq yananpi kawsaqta,
ch”iqtawaqchu sunquykita
sunquyta t”aqarparispa

HONRAS A JOSE MARIA ARGUEDAS


El próximo 17 de enero se inaugurará en La Habana una nueva edición delPremio Literario Casa de las Américas de Cuba, un galardón que, por deseo de sus organizadores, estará dedicado en esta oportunidad a la memoria del escritor peruano  Jose Maria Arguedas
José María ArguedasLa presentación oficial de este certamen cuyo jurado estará compuesto por personalidades procedentes de diez países (entre los cuales se encuentran Guatemala,ArgentinaEspañaEstados UnidosChileBrasil yColombia), tendrá como orador invitado al antropólogo peruano Stefano Varese, mientras que Álvaro García, el vicepresidente de Bolivia, será el encargado de pronunciar el discurso central del evento.
Según trascendió, este año el fallo se dará a conocer el próximo 27 de enero, después que intelectuales como Martín KohanEduardo BecerraMargaret RandallFlor Romero y Roberto Burgos evalúen los trabajos presentados y elijan el material más sobresaliente.
En rueda de prensa, cita “El Mercurio Online”, el presidente de Casa de las Américas, Roberto Fernández Retamar, indicó también que el Premio Casa de las Américas 2011 estará dedicado “de todo corazón” a Arguedas, un autor nacido en la ciudad de Andahuaylas el 18 de enero de 1911 y fallecido en Lima el 2 de diciembre de 1969 que enriqueció al mundo de las letras a través de títulos como “Los ríos profundos”“Todas las sangres” y “Oda al jet”.
Cabe destacar que, en la LII edición de este prestigioso galardón, entrarán en competencia todas las obras inéditas enmarcadas en los géneros de literatura testimonial, novela, cuento y ensayo de temática artística-literaria que sean presentadas por escritores latinoamericanos o ensayistas que redacten en español. Aquellas propuestas que resulten ganadoras convertirán a su creador en destinatario de tres mil dólares (o su equivalente en otra moneda) y el beneficio de tener el texto publicado por Casa de las Américas.

DEPRESION Y PARTIDA

el escritor

Entro en una profunda depresión, y cojo uno de los libros que mas me gustaron, llevan dentro una mezcla de miedo y culpa. El rostro del escritor esta en la contra portada, mirada fija y gesto triste de repente igual que yo.
Dicen que una de las mejores terapias es escribir lo que piensas y luego quemar el papel en el cual has escrito, en este caso no lo queme y sin ánimos de mal afamar, se lo dedico a unas de las mas grandes personalidades de la literatura peruana, conmemorándose el nacimiento de tan elogiado escritor peruano, José Maria Arguedas. 
Después de su penosa partida, la herida de la indiferencia y exclusión sigue abiertas, los ojos de la discriminación siguen despreciándonos y recordándonos otra vez mas esa falacia tan grande, de que no somos iguales.
La desigualdad separa a los seres humanos, nacidos en una misma cultura y de una misma tierra, hombres hijos del ande profundo y único como lo tienen el Perú, de la costumbre y la tradición, de lo andino. La desigualdad hizo de su vida el más cruel de los tormentos, la exclusión y la pena de ser supuestamente "diferente" al resto, sucumbió su espíritu e hirió su vida.
Cuando dos mundos diferentes se cruzan, cabe la suerte de ser absorbido y consumido por el mas fuerte, convirtiéndote en nada, porque olvidar tu pasado es quedar también en lo recóndito, para así formar parte del nuevo mundo, uno en el que tienen que renacer y mostrar el rostro falso de lo que quieres ser olvidando lo que fuiste; más si sucede lo contrario, morir presionado por la indiferencia y la injusticia de tus iguales que se encuentran en realidades divididas y opacas por la discriminación y la exclusión social; una vez mas, las miradas se convierten en homicidas incriminantes de una sociedad cada vez mas aturdida y cegada por la misma realidad. Cada vez más falsa e hipócrita.
Paradójicamente el fin de una vida; pena ocasionada por la inferencia de la gente que no se reconoce a si misma, todo por negar su pasado, tal vez mas avergonzarte que la negación de su origen; el único refugio, las líneas que cuentan una historia, una natación, una mirada al pueblo andino en el que la costumbre y la cultura verídica y autóctona muestra uno de sus rostros; pero lo mas resaltante, el refugio en el que un alma se refugio para no padecer por las mirada falsas y absurdas de la gente que no busca reconocer su origen. No se trata, pues de una búsqueda de la forma en su acepción espiritual y corriente, sino como problema del espíritu [...] ¿Y por que llamar indigenita a la literatura que nos muestran el alterado y brumoso rostro de nuestro pueblo y nuestro propio rostro, así atormentado? Bien se ve que no se trata solo del indio. Pero los clasificadores de la literatura y del arte caen en imperfectas y desorientadoras conclusiones. No obstante les debemos agradecer por habernos obligado a escribir esta especie de autoanálisis, o confesión, que lo hacemos en nombre de quienes han de padecer y padecen el mismo drama de la expresión literaria en estas regiones.                                                     
Una ves mas su partida hablara de la soledad en San Marcos, de la pena que grita su espíritu, y la hiriente partida que llora la decisión del escritor, por irse de manera tan brusca y cruda; el huayno cantará de su ausencia, y el arpa y violín tocaran otra vez mas, coca quintuscha hoja redonda, tu sabes de mi vida, tu sabes de mi suerte, donde y porque voy a llorar... los danzantes de tijera seguirán bailando sobre su tumba, esos que saltan al compás de las aguas y con la tonada de sus propias tijeras que tintinan paliando, entre ellas, una hembra el otro macho.  
De vida accidentada, niñez triste y futuro incierto, para Arquedas que vivió hasta los 20 años en Andahuaylas la esencia de su pueblo le hizo preocuparse en los problemas de la gente que vivía con él, amante d lo andino, de lo que la sierra guarda para este pequeño grupo de gente que ama lo que la naturaleza da y sus cultura añade, Arguedas se aferro tanto a lo andino que la mitad de su corazón fue su tierra y la otra su cultura, algo que difundió en las líneas que no solo hablan de costumbre y realidad sino tan bien de la acerba pena de no sentirse uno mas en la sociedad, de no sentirse integrado y feliz con sus iguales.
La extraña pena de perder a su madre a los 3 años marco su vida, la calidez de una familia constituida que marca la tristeza de una vida en la que padece; des pues de perder a su madre el matrimonio de su padre con una mujer hacendada, marcaría sudestino, después de ser enviado a vivir con los sirvientes, al igual que su madrastra su hermano también seria figura hostil en su infancia; [...]simbólicamente, el anhelo de y el recuerdo de la madre perdida provocan los sudores -su llanto a través de la piel- y la pesadez de la nuca, expresión de un dolor permanente en el cerebro, y acentúan el insomnio. A Arguedas el mundo se le venia abajo [...] tales vivencias lo hicieron sentir que se podía morir en cualquier momento. Posiblemente esa muerte era como una completitud del deseo que tubo de primigeniamente, cuando perdió a su madre, de querer morir con ella [...] 
Cuando el alma grita una injusticia, el sentimiento más certero es el que ahorca y trata de ahogarnos en la indiferencia, es el caso de este escritor que tras padecer de la indiferencia, la vida fue fugas y el injusto disparo fue certero; de repente callando una lengua que renegaba una causa justa, pero de lo que si estoy seguro es que no callo esa voz que sigue gritando ¡soy igual que tu! pero como todo en la vida es crudo, y así hay que comerlo, la indiferencia sigue ahogando vidas.
Este es un artículo en memoria de uno de los escritores que sufrió ese mal, la exclusión. La muerte te llego de manera tan feroz y se te llevo de manera tan cruda, no te culpo. Tu sangre derramada en las aulas de San Marcos seguirá siendo roja, tan roja como la vida y tan roja como los ojos que lloran tu pérdida, tus libros tirados y tu pluma postrada siguen siendo tristes, tristes por tu partida; tristeza como la mía. Infinita e hiriente.
-¡Que viva el santo¡ Del cielo callo una estrella, se toma solo en esta noche
"...Es tu santo dicen, espinitas de tantar"...Vengo a darte un abraso, pero no llores, pero no te pongas triste..."
"...Voy a descansar dices, voy a irme dices; no pienses en descansar no pienses en irte..."
"...Por que reclamas flor de Clavelina, quien como tu, la mala hierba ya quisiera tener flores a si como tu las tienes, el Tantar de espinas, también..."
"...Porque me miras hasta los pies, es que acaso no me conoces yo ando buscando la suerte en la vida..."

LOS RIOS PROFUNDOS



En Los ríos profundos, Arguedas utiliza la literatura como medio de denuncia, para exponer en toda su crudeza las atrocidades que viven los desprotegidos campesinos peruanos, la clase más baja y desprestigiada, a la que se discrimina tanto por su origen como por su lengua. Si bien esta novela está escrita en español, Arguedas incorpora diversos vocablos del quechua, que le dan autenticidad a los diálogos. Al final del libro hay un glosario con los términos utilizados.
Entre la literatura de la costa y la de la sierra, contemporáneo al boom latinoamericano pero sin formar parte de éste, considerado por algunos máximo exponente de la novela indigenista del siglo XX, José María Arguedas se destaca como un escritor tan valioso como atípico. Fue autor de diversas novelas, así como científico social (antropólogo), traductor de quechua y estudioso de la cultura y el folklore peruanos. Influyó y fue homenajeado en varios textos por otro exponente de la literatura peruana que es Mario Vargas Llosa.
A través de una narración lineal y directa, Arguedas da cuenta de la explotación, la miseria, la brecha insalvable entre dos mundos. El protagonista de la novela es Ernesto, un muchacho del cual ignoramos gran parte de su pasado (incluso su apellido). Huérfano de madre, ha sido abandonado por su padre en un colegio de curas. Los ríos profundos es por lo tanto una experiencia de aprendizaje, de autodescubrimiento y de duelo. Ernesto está entre dos mundos: no sabemos si es o no indio, aunque sí que ha vivido con ellos. Sus compañeros lo estigmatizan, pero a la vez el colegio intenta inscribirlo en una cultura católica e hipana. Y la lección que Ernesto terminará aprendiendo, a los golpes, será la de la soledad y el destierro.
Arguedas describe la realidad peruana de su tiempo con ojo crítico, en una historia sencilla, despojada y, sobre todo, muy triste. Así vivió también su autor, al punto de quitarse la vida en 1969.

miércoles, 17 de agosto de 2011

OBRAS

Novelas y cuentos
Recopilaciones póstumas
  • 1972 - El forastero y otros cuentos (Montevideo, Sandino). Contiene «El barranco», «Orovilca», «Hijo solo» y «El forastero».
  • 1972 - Páginas escogidas (Lima, Editorial Universo S.A.). Selección de la obra de Arguedas, editada por Emilio Adolfo Westphalen.
  • 1973 - Cuentos olvidados (Lima, Ediciones Imágenes y Letras). Compilación de cuentos perdidos en periódicos y revistas de los años 1934 y 1935.
  • 1974 - Relatos completos (Buenos Aires, Editorial Losada). Contiene los siguientes importantes relatos: «Agua», «Los escoleros», «Warma kuyay», «El barranco», Diamantes y pedernales, «Orovilca», «La muerte de los Arango», «Hijo solo», La agonía de Rasu Ñiti, El sueño del pongo, «El horno viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio».
Poesía
  • 1962 - Túpac Amaru Kamaq taytanchisman. Haylli-taki. A nuestro padre creador Túpac Amaru. Himno-canción.
  • 1966 - Oda al jet.
  • 1969 - Qollana Vietnam Llaqtaman / Al pueblo excelso de Vietnam.
  • 1972Katatay y otros poemas. Huc jayllikunapas. Poemas en versiones quechua y española. Publicado póstumamente por Sybila Arredondo de Arguedas.
Estudios etnológicos, antropológicos y del folclore
  • 1938 - Canto kechwa. Con un ensayo sobre la capacidad de creación artística del pueblo indio y mestizo. Edición bilingüe preparada en la prisión.
  • 1947 - Mitos, leyendas y cuentos peruanos. Recogidos por los maestros del país y editados en colaboración con Francisco Izquierdo Ríos.
  • 1949 - Canciones y cuentos del pueblo quechua.
  • 1953 - Cuentos mágico-realistas y canciones de fiestas tradicionales - Folclor del valle del Mantaro.
  • 1956 - Puquio, una cultura en proceso de cambio.
  • 1957 - Estudio etnográfico de la feria de Huancayo.
  • 1957 - Evolución de las comunidades indígenas. Premio Nacional Fomento a la Cultura Javier Prado en 1958.
  • 1958 - El arte popular religioso y la cultura mestiza.
  • 1961 - Cuentos mágico-religiosos quechuas de Lucanamarca.
  • 1966 - Poesía quechua.
  • 1966 - Dioses y Hombres de Huarochirí. Hermosa traducción directa al castellano, de los mitos de la creación del mundo de la recopilación hecha por el sacerdote cuzqueño Francisco de Ávila a fines del siglo XVI, en la provincia de Huarochirí.
  • 1968 - Las comunidades de España y del Perú.
  • 1975 - Señores e indios - Acerca de la cultura quechua. Compilación de Ángel Rama.
  • 1976 - Formación de una cultura nacional indoamericana. Compilación debida a Ángel Rama y cuyo título «busca interpretar... una preocupación central de Arguedas».

BIOGRAFIA DE JOSE MARIA ARGUEDAS ALTAMIRANO

(Andahuaylas, 1911 - Lima, 1969) Escritor y etnólogo peruano, renovador de la literatura de inspiración indigenista y uno de los más destacados narradores peruanos del siglo XX.
Sus padres fueron el abogado cuzqueño Víctor Manuel Arguedas Arellano, que se desempeñaba como juez en diversos pueblos de la región, y Victoria Altamirano Navarro. En 1917 su padre se casó en segundas nupcias (la madre había muerto tres años antes), y la familia se trasladó al pueblo de Puquio y luego a San Juan de Lucanas. Al poco tiempo el padre fue cesado como juez por razones políticas y hubo de trabajar como abogado itinerante, dejando a su hijo al cuidado de la madrastra y el hijo de ésta, quienes le daban tratamiento de sirviente.
En 1921 se escapó con su hermano Arístides de la opresión del hermanastro. Se refugiaron en la hacienda Viseca, donde vivieron dos años en contacto con los indios, hablando su idioma y aprendiendo sus costumbres, hasta que en 1923 los recogió su padre, quien los llevó en peregrinaje por diversos pueblos y ciudades de la sierra, para finalmente establecerse en Abancay.
Después de realizar sus estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima, ingresó en 1931 a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima para estudiar Literatura. Entre 1932 y 1937 trabajó como auxiliar de la Administración Central de Correos de Lima, pero perdió el puesto al ser apresado por participar en una manifestación estudiantil a favor de la República Española.
Después de permanecer alrededor de un año en la prisión El Sexto, fue nombrado profesor de castellano y geografía en Sicuani, en el departamento de Cuzco, cargo en que descubrió su vocación de etnólogo. En octubre de 1941 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Patzcuaro (1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales Alfonso Ugarte, Nuestra Señora de Guadalupe y Mariano Melgar de Lima, hasta que en 1949 fue cesado por considerársele comunista.
En marzo de 1947 fue nombrado Conservador General de Folklore en el Ministerio de Educación, para posteriormente ser promovido a Jefe de la Sección Folklore, Bellas Artes y Despacho del mismo ministerio (1950-52). En 1953 fue nombrado Jefe del Instituto de Estudios Etnológicos del Museo de la Cultura Peruana, y el mismo año comenzó a publicar la revista Folklore Americano (órgano del Comité Interamericano de Folklore, del que era secretario), la cual dirigió durante diez años.
A este cargo sucedieron el de director de la Casa de la Cultura del Perú (1963-1964) y director del Museo Nacional de Historia (1964-1966), desde los cuales editaría las revistas Cultura y Pueblo e Historia y Cultura. También fue profesor de etnología y quechua en el Instituto Pedagógico Nacional de Varones (1950-53), catedrático del Departamento de Etnología de la Universidad de San Marcos (1958-68), y profesor en la Universidad Nacional Agraria de la Molina desde 1964 hasta su muerte, ocurrida a consecuencia de un balazo que se disparó en la sien y que ocasionaría su fallecimiento cuatro días después. Fue galardonado con el Premio Fomento a la Cultura en las áreas de Ciencias Sociales (1958) y Literatura (1959, 1962) y con el Premio Inca Garcilaso de la Vega (1968).